viernes, 7 de junio de 2013

Here we are

"Wherever you go, there you are"

Exactamente un mes más tarde de mi partida final, escribo estas líneas desde una ubicación radicalmente distinta. Es impresionante lo diferente que puede llegar a ser un lugar, incluso a pesar de la globalización que nos rodea. Pero cambia el entorno, cambia el paisaje, cambia la gente, cambia el idioma, la temperatura y hasta el método de transporte... Dentro de lo que es el mundo occidental, estoy en una situación lo más distinta posible a la previa.

¿Impresionante? ¿Aterrador? ¿Emocionante? Un poco de cada, y según en qué días, una de las emociones domina por encima de las otras. Pero en general es un buen cóctel de sensaciones nuevas y esa otra más familiar de maníaco-depresiva, de felicidad y tristeza combinadas. El sabor de la inmigración, que vuelvo a sentir en mis labios. La aguja de todas las despedidas juntas - porque nadie te lo dice, pero en cada nuevo movimiento de ficha añadimos un nuevo adiós o los que hagan falta.

Empieza oficialmente el proceso de adaptarse, en lo legal y en lo práctico. El proceso de hacer frente a todos los cambios y asumirlos como una nueva realidad, sencillamente distinta. Por lo visto hace falta paciencia, cosa de la cual yo no fumo ni he fumado nunca, con lo cual es un desafío añadido en mi caso. Compenso mi total y absoluta falta de paciencia con una buena dosis de valor, perseverancia y, para qué engañarnos, una cierta cantidad de obstinación que en algunos casos viene bien. La cucharadita de miedo la equilibro con mi habilidad para adaptarme a cualquier contexto... y también con humor, mucho humor. Y en cuanto a esa sensación de estar superada por los acontecimientos... bueno, a esa sensación me enfrento cada día, paso a paso, un poco más each time.

Una vez más me vuelvo ciudadana del mundo en un sentido más literal que hace un mes. Una vez más soy la extranjera, la infiltrada, la nueva, la distinta. Pero esta vez tengo la experiencia previa. He aprendido a convertir mis contras en pro, a aprovechar las diferencias como beneficios y a descartar las opiniones que no me ayudan. A pedir ayuda cuando la necesito. A parar cuando ya no puedo más. Aprendí también que las verdades amistades no se pierden, se acumulan.

Además, existe Skype.

Así que here we are again, otra vez empezando un nuevo camino. Intentando conservar el optimismo y convencida de que lo que me espera es mejor que lo que dejo atrás. Porque de eso se trata, ¿no?

Let's go.